Reservar para 1 persona, comprar
ticket solo de ida, rechazar ofertas dos por uno, esperar horas en una estación o en un aeropuerto sin alguien a tu lado ¿Has viajado solo?
Estoy en Europa, no es mi primer
viaje en solitario, pero si es el primero tan lejos de casa. La verdad nunca
pensé hacer este viaje sola, pero las circunstancias me llevaron a preguntarme
¿Y por qué no?
Y al referirme a viajar solo, no quiero decir que durante tu viaje estarás aislada, sin convivencias o que no pasarás tiempo con amigos, familia u otros conocidos, me refiero a la experiencia de toda una trayectoria en solitario. Tal vez algunas estaciones o aeropuertos tengas las fortuna de compartirlos, pero al final en algún punto del viaje, lo harás solo, porque tu itinerario te pertenece solo a ti.
Escribo esto porque sé que es
difícil tomar la decisión, sé que es difícil que acepten nuestra decisión, sé
que es difícil llevar a cabo la decisión y espero ayudarte a tomar la decisión,
o que comprendas y respetes la decisión de alguien más.

Llegué con miedo a París, a la bella ciudad de las luces y no entendía
el porqué. Era mi primer viaje en metro y se podía ver el miedo en mis ojos,
viajé aferrada a mis maletas, miraba a la gente de reojo intentando pasar de
ser percibida. Afortunadamente, tuve una gran amiga que hizo amena mi llegada, pero
después de una tarde muy parisina, alejada del suburbio, tranquila y
disfrutando de las bellas tardes de domingo, llegó el momento de estar sola,
por las bulliciosas calles de París.
Tomar sola el metro no fue tan
malo como pensaba, tenía terror del metro, sabía que en cualquier momento me
podrían robar, pero eso pasa en todos lados. Todos los días sobrevivo a los
peligros de mi hermoso país, que algo me pasara fuera de él no sería algo
contextual, simplemente me tenía que pasar en México, París, Colombia,
Alemania, Perú o Polonia.
Mi recomendación es que no viajes
con miedo, pero por supuesto ¡Viaja alerta!
Para no hacer el cuento largo, París fue genial, el
metro estuvo bien, revisé la ruta perfectamente, la memoricé para estar
confiada de las calles donde andaría, guardé mis pertenencias en un lugar seguro. En los hostales nunca dejes tus pertenencias de más valor y seas hombre o
mujer, lleva siempre contigo una pequeña bolsa donde guardes pasaporte, alguna
tarjeta de crédito y efectivo.
Y al final, ¿Qué me ayudó a
disfrutar tanto París?, además de la belleza de la ciudad, me ayudó la gran
cantidad de mujeres de diferentes nacionalidades que me encontré viajando
solas. Verlas caminando solas, tomándose
selfies, haciendo check in en un
hostal, comiendo solas, me hicieron sentir que este viaje no era tan en
solitario. ¿Es triste el miedo que sentimos las mujeres? ¡Sí!, ¿nos seguiremos
paralizando por ese miedo? No lo creo.
¿Qué hay de compartir un viaje?,
siempre es bueno tener a una persona a lado para compartir las increíbles
vistas, para comentar una obra de arte, para toma una fotografía, para disfrutar
una comida y un atardecer, pero la verdad es que, hacer esto en solitario
también se disfruta, diferente pero se disfruta. Reflexionar, planear,
encontrarse con uno mismo, disfrutar para uno y la realidad es que no estarás
solo del todo, conocerás a mucha gente, que como tú, aborda solo un autobús, el
tren o entra solo a un restaurante y en cualquier momento se mirarán, sonreirán
y sin cruzar palabra, se sabrán cómplices.
El viaje continúa y tengo
historias impresionantes de mujeres viajando solas, de las diferentes rutas de
cada una, de las razones y los obstáculos en cada una de ellas. Mi único deseo
es que todas esas mujeres regresen con bien a casa y con bien a casa me refiero
a que regresen VIVAS.
Creo en Dios, y todos los días le pido protección y camino
confiada, pero nadie está exento de los peligros de la vida. A todas las
personas, viajeras o no, nos pueden asaltar, discriminar, acosar y un sinfín de
cosas más, pero mi verdadero deseo es que todos los viajeros que he conocido y
los que no también, regresen a casa. Si hubo dificultades, que regresen para
contarlo, si tuvieron ganas de regresar antes de lo planeado, que lo puedan platicar, si extrañaron, que regresen y puedan abrazar muy fuerte.
Al final no pretendo minimizar el miedo que nuestra
gente tiene ante un viaje en solitario, sólo pensemos que los peligros,
desgraciadamente están en todos lados y ninguno de nuestros sueños se debería de
paralizar ante esta realidad.
Así que, si aún no te animas a
viajar en solitario, si tienes miedo de hacerlo, si no quieres dejar que ese
ser querido emprenda un viaje en solitario, te pido que lo pienses dos veces.
No detengas un alma viajera y a ti viajero, toma el control de lo que te
corresponde, planea, investiga, investiga, investiga, busca tours gratis o
pagados, adquiere los recursos necesarios como mapas, reservaciones,
referencias y siempre comparte tu ruta: siempre con gente de confianza y nunca con extraños, busca wifi y comparte tu ubicación con
tu gente cada vez que te sea posible, evita estar fuera muy noche o tomar con
extraños y recuerda, la intuición pocas veces falla, hazle caso.
¿Habrá días en los que te
arrepientas de tu decisión? ¡Te lo garantizo! pero también te garantizo que la
persona que inició el viaje será diferente a la que regresará. Cuando reconozcas ese valor que se necesita para continuar a pesar de las pequeñas o grandes
dificultades, entenderás que ya va de regreso alguien diferente, alguien a
quien no hubieras conocido en la comodidad de tu hogar.
Sin más que decir, no
te lo pienses más, no esperes más, busca tu destino, haz maletas y ¡Bon Voyage!