domingo, 30 de abril de 2017

¿Por qué irse en el día 99?


P.s al inicio: Para escucharse mientras se lee Ennio Morricone- Love Theme-Cinema Paradiso


Cinema Paradiso (1988)- Giuseppe Tornatore

Esa escena de Alfredo tratando de enseñarle amor a Totó, me tuvo obsesionada toda la semana. Me preguntaba una y otra vez ¿Por qué el príncipe se iría a 1 día de tener lo que más quería? Me refiero a la historia de amor que Alfredo le cuenta a Totó en la película Cinema Paradiso. Y la historia dice así:


-         -  Había una vez un rey que dio una fiesta. Estaban las princesas más bellas del reino.

Pues bien. Un soldado que estaba de guardia vio pasar a la hija del rey. Era la más bella de todas y se enamoró al instante. ¿Pero qué puede hacer un pobre soldado, ante la hija del rey? Por fin, un día logró encontrarla y le dijo que ya no podía vivir sin ella.

La princesa quedó tan impresionada  con su amor que le dijo al soldado “Si puedes esperarme por 100 días y 100 noches bajo mi balcón…al fin seré tuya”

¡Vaya! De inmediato el soldado fue allá y esperó un día, dos días y diez… y luego veinte…Cada noche la princesa miraba desde la ventana y él nunca se movía. Con lluvia, viento, nieve, siempre estaba allí. Los pájaros le cagaban encima, las abejas se lo comían vivo, pero él no se movía. Al cabo de 90 noches se había vuelto todo seco y blanco. Lloraba a lágrima tendida sin poder parar. No tenía ni fuerzas para dormir. Mientras que la princesa no lo dejaba de mirar…Y llegando a la noche 99 el soldado se levantó, agarró la silla y se fue.

-      -  ¿Cómo? ¿Al final?
    - Si. Justo al final. Y no me peguntes qué quiere decir. No lo sé. Si lo entiendes, dímelo tu.



Podrías pedir por algo por mucho tiempo, incluso esperarlo toda tu vida, para al final darte cuenta que ya no lo quieres. ¿Por qué, por qué? Al igual que Alfredo y Totó, no esperes que te de una respuesta.
Entonces la pregunta es por qué y ni Alfredo ni Totó dan respuesta. ¿Por qué una persona que ya aguantó tanto, abandona todo casi al final? Platicando con varias personas, me pareció interesante preguntar ¿Por qué irse en el día 99?, algunos contestaron que ni siquiera llegarían al día 99, que eso era una locura, otros llegaron a conclusiones más profundas y de las cuáles comparto dos.

La primer respuesta, opina que el soldado se dio cuenta que aquella princesa, por muy hermosa o perfecta no valía la pena por una razón, y esa razón es el poco corazón que demostró tener cada noche, al ver sufrir a ese soldado y no hacer nada para aligerar sus cargas. Esta teoría me lleva a pensamientos como la dignidad de cualquier persona. ¿Hasta qué punto vale la pena buscar, esperar, soportar por alguien? Parece evidente y necesario, que el amor o el enamoramiento debe acompañarse de sacrificios y si no, no vale la pena. La verdad es que no, en mi opinión el amor o el enamorarse, no es un sacrificio, las cosas son o no son y debemos tener la claridad de reconocer cuando no nos quieren en un lugar, cuando no se están preocupando por nosotros, cuando no le importa al otro la agonía que pudiéramos estar sintiendo.

La otra respuesta habla del miedo de aquel soldado, que al permanecer 99 días pensando en la princesa, la idealizó tanto que su miedo fue mayor. Miedo a conocerla, miedo a que todo lo que esperaba de ella no existiera y que esos 99 días fueran inútiles, por que la mujer no era la correcta. ¿Cuántas veces, el miedo nos ha alejado tanto de lo que queremos o deseamos?

Cinema Paradiso (1988)
Justo el día de hoy, esta teoría tiene tanto sentido. Hay veces que es más fácil abandonar las cosas, aún en el día 99, que afrontar todo lo que el resto ha de traer. Como cuando uno se equivoca y ha hecho todo lo posible por compensar, por pedir perdón, por demostrar que las cosas pueden ser diferentes. En determinado momento, la persona que busca se cansará, se cansará  de esperar, de pedir perdón, de buscar. De un momento a otro, o de un día a otro, nada hará que esa retirada se detenga, que esos 99 días esperando e idealizando, valgan lo suficiente para un día más, tan sólo un día más.

¿A dónde dirijo la entrada de este mes? A dos situaciones:

No idealicemos al otro. No suframos, no sacrifiquemos, no engrandezcamos al otro. El otro también tiene errores, se puede equivocar porque no es perfecto. Enamórate de esa imperfección, para así, conforme vayas descubriendo esa imperfección, no decidas retirarte en el día 99, no tengas que retirarte cuando más te necesiten, ni cuando todo está listo para ser.

Por otro lado, reconozcamos a tiempo el valor del otro. No es necesario que nadie muera de amor, tampoco hace falta sacrificios, sufrimientos ni cambios. Las cosas, relaciones o personas que están destinadas a ser, serán. Nadie es tanto para ser inalcanzable ni nadie es tan poco como para no ser suficiente. 

Para mí el soldado, así como el profesor de literatura, en la película Las ventajas de ser invisible, le dice a Charlie “Aceptamos el amor que creemos merecer”. El Soldado se dio cuenta que no merecía un amor sufrido, no merecería a alguien que lo viera sufrir y no hiciera algo por evitarlo. Al final de cuentas, el Soldado se dio cuenta que la hermosa princesa que necesitaba para seguir viviendo no era verdaderamente tan indispensable.

Pues bueno… Y tú, ¿En qué día, de los 100, vas?


P.s: IMPERDIBLE! Ve la película de Cinema Paradiso